Fue una semana de extrañas coincidencias: mientras Kylian Mbappe, uno de los jugadores más cotizados del mundo, anunciaba por carta que no renovará su contrato con el Paris Saint Germain (PSG) – controlado por un fondo soberano qatarí- una vez que venza el 30 de junio de 2024, se informó desde un medio afín que otro jeque de ese país adquirió el Manchester United en una cifra récord de 6 mil millones de euros. Esta operación parece ir orientada a querer tapar la relación entre los dos hechos, a fin de eludir un control de la UEFA y una posterior sanción a ambos clubes.
