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El fenómeno de la Premier League inglesa

Estadios llenos, multitudes que entonan temas clásicos que ya forman parte de su legendario repertorio, miles de millones de euros en transferencias y presupuestos, fondos de inversión opacos y los mejores jugadores del mundo. Todo esto es sinónimo de Premier League, el torneo nacional de liga inglesa que es considerado el top del planeta fútbol y que arranca este fin de semana en su temporada treinta y uno desde que se desarrolla con el actual formato.

06/08/2022 22:37

Por Sergio Levinsky desde Barcelona

No es casual que la liga inglesa sea considerada la mejor. Las posibilidades de los veinte equipos participantes son tan altas que se vuelven casi imposibles para el resto de los clubes europeos, incluso los de más alto nivel, y termina siendo casi milagroso que el Real Madrid haya podido con el Liverpool en dos finales de Champions League entre 2018 y 2022.

Si bien es cierto que en los últimos años el Manchester City, dirigido por Josep Guardiola, y el Liverpool del alemán Jürgen Klopp han peleado por los títulos estableciendo una neta superioridad sobre el resto (en la temporada pasada, los “ciudadanos se llevaron el cuarto campeonato en cinco años en los últimos minutos de la última fecha, con los “Reds” al acecho), pocas ligas tienen tan acortada diferencia de lo que sus equipos cobran por los derechos televisivos, además de que es el torneo que más percibe en ese rubro, y eso permite gastos exorbitantes.

Un estudio reciente indica que la Premier League movilizó alrededor de 1160 millones de euros en este mercado de pases de verano europeo, seguido muy lejos por la Serie A italiana con 498, la Bundesliga alemana con 378, la Liga española con 305 y la Ligue 1 francesa con 269. Pero además, ocho clubes ingleses se encuentran entre los quince que más gastaron en el continente, además de que el campeonato inglés es el líder de gastos en toda la última década.

Si el Barcelona fue el gran animador del mercado con un gasto de 159 millones de euros en transferencias (y seguía tratando de conseguir más jugadores) y el Bayern Munich se ubicaba en la segunda posición con 137,5, el Arsenal se ubica tercero con 132,06, el Manchester City, cuarto con 108,75, el Leeds, quinto con 108,64, el Tottenham, sexto con 101,9, el Chelsea, séptimo con 94,2 y el West Ham, noveno con 90,95. Es decir que seis de los diez primeros diez equipos que más gastaron corresponden a la Premier League.

Si nos referimos a los derechos de televisión, la Premier League llegó a recaudar 4126 millones de euros en las últimas dos temporadas, y la Liga Española, que es la segunda y que alguna vez se planteó a través de su presidente, Javier Tebas, competir con los ingleses, recaudó en esos mismos dos años 2047 millones, la Bundesliga, 1460, la Serie A, 1127 y la Ligue 1, 704,5 millones.

Lo que el dirigente español no pudo ver es que hay una enorme diferencia cultural en Asia a favor de los ingleses por el dominio que alguna vez alcanzó el imperio británico, cuyas costumbre están muy arraigadas. Sólo la idolatría por el Barcelona de Lionel Messi llegó a disputar ese liderazgo de los torneos y los equipos ingleses.

De esta forma, parece bastante difícil que los clubes europeos de otras ligas puedan competir con los ingleses salvo casos muy específicos, como los de Cristiano Ronaldo, que hace todo lo posible por salir del Manchester United porque este equipo no se clasificó para la Champions, competencia que el portugués adora y es su máximo goleador histórico, o Bernardo Silva quiere irse del Manchester City porque considera que cumplió un ciclo y desea salir al Barcelona, que es el club de su infancia. O el belga Romelu Lukaku, quien volvió arrepentido al Inter luego de llevarse muy mal con el entrenador del Chelsea, Thomas Tuchel.

Pero por lo general son más los jugadores que vienen que los que se van, como es el caso del resonante pase del gran goleador noruego del Borussia Dortmund, Erling Haaland, al Manchester City, la vuelta al primer nivel del danés Christian Eriksen para jugar en el Manchester United luego del susto cuando casi muere desplomado en la pasada Eurocopa, o los altísimos costos que pagaron el Liverpool por el uruguayo Darwin Núñez del Benfica para reemplazar a Sadio Mané, que emigró al Bayern Munich, o el increíble segundo pase más caro, el del lateral izquierdo Marc Cucurella, surgido de las divisiones inferiores del Barcelona y que pasó el Brighton al Chelsea, que está tratando de regenerarse a partir de que su propiedad pasó del magnate ruso Román Abramovich –que se convirtió en enemigo del gobierno de Boris Johnson desde la guerra entre Ucrania y Rusia- al multimillonario Todd Boehly de la Clearelake Capital.

El Chelsea también se quedó con los pases de Raheem Stering, del Manchester City y del senegalés Khalidou Kulibaly, del Nápoli, y va por más, porque el mercado recién se acaba el 31 de agosto, aunque si hay un equipo que se movió con todo para traerle jugadores a su entrenador español Mikel Arteta, ése fue el Arsenal, que contrató al delantero brasileño Gabriel Jesús y al lateral ucraniano Oleksandr Zinchenko, del Manchester City, a Fabio Viera (Porto) y a Marquinhos (San Pablo).

Su rival londinense Tottenham, para no ser menos, quiso contentar a su entrenador italiano Antonio Conte con la llegada del brasileño Richarlison (Everton), Bissouma (Brighton), Iván Perisic (Inter), y Christian Lenglet (Barcelona) para convertirse en el posible tercero en discordia por el título de esta temporada.

Pero eso no es todo, y si ya circulaban capitales opacos en la máxima categoría, con equipos controlados por agentes de futbolistas como el Wolverhampton (más conocido como “Wolverao”, por ser manejado por el poderoso portugués Jorge Mendes, el representante de Cristiano Ronaldo, entre tantos otros), en los últimos tiempos ya algunos pasaron a ser directamente clubes-Estado, como el caso del Manchester City con Emiratos Árabes Unidos o más recientemente, y con una entrada más que polémica, Newcastle, adquirido por un fondo público de Arabia Saudita.

El Newcastle, que estaba en posición de descenso cuando llegó el pasado mercado de invierno y terminó la primera rueda de la pasada temporada, rápidamente adquirió una serie de jugadores que transformaron completamente al plantel y finalizó en la mitad de la tabla, aunque las discrepancias por el traspaso societario y los derechos de TV en los países árabes, en conflicto con la Premier League, dio lugar a la renuncia de su presidente, Gary Hoffman, reemplazado entonces interinamente hasta fin de 2022 por Peter Mc Cormick, aunque desde julio pasado se sabe que en enero de 2023 asumirá por primera vez una mujer, Alisson Brittain, de 57 años, y anteriormente a cargo del grupo “Withbread”, dedicado al rubro de la hotelería y la gastronomía.

Eso no es todo: desde esta temporada, la sofisticación de la Premier League dará lugar al primer intento de saber más del comportamiento de sus propios hinchas. Por lo pronto, el Manchester City anuncia un chip electrónico que hará de sensor de la temperatura corporal y los movimientos del cuerpo durante los partidos, el flujo sanguíneo a través de la piel, los latidos del corazón con la tecnología de “la máquina de la verdad” y un acelerómetro para medir los movimientos durante los noventa minutos.

¿El fin de semejante estudio? Se lo explica desde tener un mayor conocimiento de los hinchas, pero no sería de extrañar que estos datos pasen a formar parte de un nuevo estudio de marketing para determinar qué más se les puede ofrecer como consumidores, mientras los jugadores, los árbitros y hasta los entrenadores ponen rodilla en tierra antes de que comience cada partido como símbolo del “Black Lives Matter”.

Bienvenidos a la Premier League.

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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