Vialidad Mendoza habilitó el tránsito vehicular para autos y colectivos en el desvío de la Ruta Provincial 14 (RP14), a la altura del arroyo Claro, que el jueves pasado se vio afectado por la fuerte crecida de dicho cauce aluvional por las tormentas de aquella tarde.
La empresa encargada de la construcción del puente, con la supervisión de la Dirección Provincial de Vialidad, cuya obra se reiniciará en abril, fue la que se ocupó de rehabilitar el desvío que había quedado semidestruido por el paso del agua.
En ese lugar, en el último trimestre de 2023, se inició la construcción del puente del arroyo Claro, luego de que la DPV licitara la obra. Implicaba la demolición del viejo puente, tarea que se concretó en su totalidad.
La decisión tomada por Vialidad Mendoza obedeció a que el viejo puente quedaba bajo el agua cada vez que el arroyo Claro sufría este tipo de crecidas aluvionales, situación que cortaba la RP14 y, aún peor, afectaba la estructura del puente.
Por esta razón, se resolvió demoler ese puente e iniciar la construcción de uno nuevo que estará más alto, pasando por encima del pelo de agua, lo que evitará definitivamente que se inunde con otra crecida.
Sin embargo, la llegada de la primavera sorprendió con abundantes lluvias y crecidas del cauce, que afectaron la obra en varias oportunidades y dejaron bajo el agua y el barro las primeras tareas vinculadas a las perforaciones donde irán los pilotes que sostendrán el nuevo puente.
Ante este panorama, que no se había presentado en los últimos años de sequía, la DPV debió neutralizar la obra y esperar hasta que pase el riesgo de crecidas, y reprogramó el reinicio para el 1 de abril.
Ante eso, la DPV dejó en pie un desvío que permite cruzar el arroyo y que pasa a un lado de la obra, pero fue afectado en dos oportunidades en los últimos meses por los desbordes del arroyo Claro, lo que obligó a cortar y volver a reforzar el desvío para habilitarlo.
El jueves pasado, el agua se llevó parte del desvío, sacó de cuajo los caños de drenaje que estaban en la base para que pase el curso habitual de agua del arroyo, como también los guardarrails colocados a los lados del desvío, lo que provocó grandes socavones, situación que ya fue saneada y dejó a ese pasó normalizado.