Algunos gobernadores, entre ellos Rodolfo Suarez, pidieron al presidente Alberto Fernández que se tenga en cuenta la situación actual sanitaria de cada jurisdicción. En la provincia la ocupación de camas es del 35%.
Está claro que el aumento de casos de coronavirus y la llegada de la segunda ola de la pandemia al país preocupa. El presidente Alberto Fernández tiene pensado decretar un toque de queda o alerta sanitaria en todo el país para restringir el movimiento de gente por la noche.
Por eso se reunió por teleconferencia con todos los gobernadores por más de dos horas para analizar la actualidad sanitaria de la Argentina, las recomendaciones del ministerio de Salud y que medidas tiene pensado llevar adelante para afrontar la situación.
El pedido del gobernador Rodolfo Suarez al presidente fue claro y se mantiene en la misma línea que durante toda la etapa de cuarentena durante el 2020. El jefe de Estado mendocino pidió que se tenga en cuenta la situación sanitaria actual de Mendoza, hoy por hoy con pocos casos de coronavirus diarios (119 casos positivos de 738 determinaciones de Covid-19 en el último reporte) y con una ocupación de camas que oscila el 35%. El gobernador de Mendoza no quiere que la medida a nivel nacional repercuta en el movimiento turístico de la provincia.
Pero Suarez no fue el único que mostró esta postura. Otros gobernadores entienden que desde la nación deben analizar cada caso particular según cada provincia y que las medidas que se tomen no sean generales.
Una de las posibilidades es que el toque de queda o alerta sanitaria salga por decreto pero cada gobernador puede tener la potestad de definir en qué horario aplicarlo. Fernández quiere que el toque de queda sea en todo el país entre las 23 y las 6.
Mendoza fue la primera provincia que decidió avanzar con la alerta sanitaria en el momento más complicado de la pandemia. En un primer momento fue desde las 23 hasta las 5 de la mañana. Luego se flexibilizó cuando los casos bajaron.