Por Sergio Levinsky, desde Barcelona
Varios aspectos de este caso quedan en la enorme duda. Por un lado, una alta fuente de la UEFA no quiso desmentir a Jornada que el control dependiera de la institución, sin embargo, no quiso dar ninguna clase de información y nos remitió a la Real Federación Española (RFEF) o la FIFA, pero se mantuvo infranqueable en todo momento para comentar la situación.
Desde el Sevilla, lo único que se pudo saber, consultando con el club, es que el análisis lo realizó “una agencia”, aparentemente subcontratada, y en nombre de la UEFA, por lo que implica que fue en ocasión de la pasada Liga de Campeones 2022/23, de la que el club andaluz participó en la fase de grupos.
Tras aquel análisis sorpresivo es que surgió que Gómez había ingerido terbutalina, una sustancia conocida como beta-2 (broncodilatadora) que, según el jugado, lo habría hecho tomando el jarabe para la tos de su hijo más pequeño horas antes del entrenamiento, sin reparar en que eso podía traerle tan fuertes dificultades.
En este punto, el reglamento mundial del dóping indica que hoy el deportista tiene que tener conocimiento de la lista de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidoping (AMA) y ni siquiera es un atenuante que haya sido aconsejado por un médico, por lo que será difícil para Gómez la etapa de los abogados para tratar de acortar la suspensión o salir de ella.
También el reglamento habla de Estándares de control y allí se dice bien claro que cuando se acerca un gran acontecimiento deportivo como los Juegos Olímpicos o un Mundial, los resultados finales, que incluyen las contrapruebas, deben darse a conocer antes del inicio de ese certamen, cosa que no ocurrió con “Papu” Gómez y que llama poderosamente la atención.
Si las pruebas de que hubo dóping positivo de Gómez llegaron hasta la FIFA (fue este organismo el que dio a conocer ayer al Monza, equipo actual del argentino, que habrá una suspensión de dos años), ¿por qué la institución principal del fútbol mundial tardó once meses en dar a conocer el resultado, y permitió que el jugador disputara un Mundial y hasta torneos europeos con el Sevilla y ahora, dos partidos de Serie A italiana con el Monza? ¿Ocultó la FIFA esta información por algo en particular?
Otra implicancia está relacionada con la selección argentina. Diversas versiones, algunas surgidas del propio entorno del equipo nacional, dieron a entender que hubo un quiebre en la relación de la mayoría de los jugadores del plantel que obtuvo el título del mundo hace diez meses en Qatar en las horas siguientes al partido ante Países Bajos por los cuartos de final.
Se dijo que este cambio tuvo que ver con un supuesto episodio de magia negra relacionado con Gómez y que habría perjudicado al lesionado Giovani Lo Celso, que debió ser operado y que quedó marginado del Mundial cuando era uno de los jugadores base del entrenador Lionel Scaloni durante todo el ciclo.
Sobre esta versión, lo llamativo es que prácticamente ningún jugador de los otros 25 integrantes del equipo nacional se haya manifestado, cuando es claro que en las redes sociales casi ninguno apareció para saludar a “Papu” en su cumpleaños o en cualquier video que subió, y en los festejos del título mundial se lo observó muy poco acompañado y siempre lejos del resto del equipo.
No sólo eso: Jornada pudo recoger con el Sevilla que, tras el Mundial, Gómez no era muy cercano a sus dos compañeros mundialistas como Gonzalo Montiel (hoy en el Nottingham Forest) y Marcos Acuña, y que su mejor amigo entre los compatriotas era Lucas Ocampos, que regresó de un préstamo en el Ajax y que no estuvo entre los convocados al Mundial cuando había formado parte del plantel de Scaloni durante el ciclo.
¿El motivo del alejamiento -sólo una vez, en una entrevista, Leandro Paredes atribuyó la versión a la prensa, pero no aprovechó para elogiar a su compañero y desprenderlo de todo- es por aquello relacionado a Lo Celso o esto del dóping, que ahora sabemos? ¿”Papu” Gómez está cancelado en la selección argentina?¿Scaloni, su cuerpo técnico, los jugadores, los dirigentes de la AFA, conocían este caso de doping pero no quisieron darlo a conocer hasta que no se oficializara?
Por último, aparece el tema de cómo el Sevilla le rescindió el contrato a Gómez en mayo pasado. ¿Sabía que en cualquier momento saldría el fallo en su contra y no quiso quedar pegado? Desde el club insisten en que “Papu” fue dejado en libertad por motivos “estrictamente deportivos” a partir de un jugador que generó gran expectativa pero que no acabó de explotar y que se necesitaba de su cupo para bajar los costos e ir al mercado a buscar otros jugadores como refuerzos.
Si esto fuera así, ¿qué ocurrió con el Vasco Da Gama, que dirige Ramón Díaz, con el que el agente de Gómez, Giuseppe Risso, tenía todo arreglado y de repente, todo se esfumó? Jornada también pudo recabar con gente ligada al Monza, el actual club de Gómez (y que fue comprado por el recientemente fallecido magnate y ex premier italiano Silvio Berlusconi), que el club sí sabía de antemano la situación del argentino, pero, a diferencia del Vasco, prefirió arriesgar.
Si Monza sabía lo de “Papu” Gómez y todo indica que Vasco, también, ¿Por qué no pensar que la AFA y/o la selección argentina también? Y si fuera así, entonces, ¿qué ocurrió? ¿Por qué tanto silencio sobre esto y la tardanza en la resolución?
Con el tiempo, nos iremos enterando de todo.