La historia de Natasha Sánchez es un testimonio inspirador que demuestra la determinación y el amor por el hockey sobre césped.
Desde sus primeros pasos en el deporte hasta enfrentar desafíos tras un cambio de identidad, su viaje nos sumerge en las complejidades y triunfos de una atleta por demás valiente.
Naty, de 39 años de edad, es oriunda de San Juan y nos compartió de qué manera fueron sus comienzos recordando cómo un amigo la introdujo al hockey sobre césped.
Inicialmente, la jugadora cuyana comenzó jugando en la vereda con un palito, por lo que sus primeros años fueron de aprendizaje y también de diversión. Cuando tenía 10 años, la invitación a unirse a un equipo de varones marcó un nuevo capítulo en su carrera.
El recorrido toma un giro cuando Sánchez, al cambiar su identidad de género, decide formar parte del equipo femenino del club Banco Nación de la vecina provincia.
Este fue un punto de inflexión porque enfrentó resistencia y discriminación, habiendo sido excluida de partidos oficiales y, además, teniendo que confrontar prejuicios sobre posibles "ventajas".
Sin embargo, su determinación la llevó a presentar una demanda a la entidad “Agrupación Siglo XXI” (actual "Hockey Social") por discriminación de género e impidiéndole jugar partidos oficiales.
La justicia falló a su favor y pudo continuar jugando. Sin dudas, un paso valeroso hacia la aceptación y la igualdad en el deporte.
A pesar de los obstáculos, la deportista de los Halcones logró el reconocimiento en su provincia natal, al punto de que representó a la Universidad Nacional de San Juan y también fue parte del seleccionado sanjuanino.
Por otro lado, supo ganarse su lugar arbitrando en la Liga Social de San Juan, como así también en los seleccionados.
Inclusive, fue arbitro de la primera de caballeros y de todas las divisiones. Asimismo, se convirtió en árbitro de la Asociación Sanjuanina de Mamis hóckey, donde - por otro lado- se desempeña como técnica.
La percepción inicial de una supuesta ventaja aumenta cuando su equipo ganó el campeonato en los primeros años, pero dejó de tener de cobrar relevancia posteriormente cuando su equipo no terminó en los primeros lugares. Así y se dio por terminado el mito y se dio cierre a ese capítulo de su vida.
La jugadora trans compartió, de esta forma, cómo su experiencia ha tenido un impacto en la comunidad del hockey sobre césped.
Así, comentó sobre la evolución de la mentalidad de sus compañeros de equipo y de la dirigencia, destacando la importancia de la educación y la visibilidad para combatir la discriminación.
Naty comparte un mensaje inspirador para futuras generaciones de atletas trans.
Anima, así, a quienes enfrentan desafíos similares a que sigan sus pasiones. Y agrega que, por parte del comité se aconseja hormonizarse, pero que no es un requisito fundamental en esta disciplina.
En definitiva, nos invita a luchar por la inclusión en el deporte. Su experiencia es un testimonio de que el cambio es posible y que cada atleta merece ser evaluado por sus habilidades y dedicación, independientemente de su identidad de género.
Producción y redacción periodística: María Paz Ferri (EPD-MZA)