Había desaparecido del mapa en 1971. Llegué hasta su timbre, no estaba, le dejé cartita, a los dos días contestó, cuatro días después conocí en él a un mudo singular.

El Fútbol Club Barcelona no está clasificado todavía para la final de la UEFA Champions League y hasta la misma puede peligrar porque sólo empató 3-3 en la ida de la semifinal contra el Inter en el estadio Olímpico de Montjuic y este martes afronta un serio riesgo en la vuelta del Giuseppe Meazza de Milán, cuando deba volver a enfrentar al poderoso Inter, en un clima hostil.

Al parecer, la libertad de expresión, siempre tan enarbolada, no nos importa en serio, nos importa ¿ni un poquito? Queda el interrogante en remojo, hasta que madure.

Acaso la mejor manera de entender lo que fue esta final de Copa del Rey ganada por el Fútbol Club Barcelona al Real Madrid en el estadio de La Cartuja, en Sevilla, fue lo ocurrido en los últimos cinco minutos del alargue, cuando ya los jugadores de los dos equipos no daban más luego de casi dos horas en las que pasó de todo.