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Un derbi madrileño con demasiadas cosas en juego

Es cierto que este partido cerrará la sexta fecha de una liga como la española que se juega con el sistema de todos contra todos y en treinta y ocho, pero la sensación generalizada es que en este clásico madrileño, o “derbi”, como se lo llama en la jerga, entre Atlético de Madrid y Real Madrid, parece que puede ir definiendo varias cosas respecto del torneo en juego, por más que los dos tengan todavía la Champions League -nada menos- y la Copa del Rey.

23/09/2023 21:35
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Por Sergio Levinsky, desde Madrid

Tuvimos la ocasión, el pasado viernes, de estar presentes en la presentación de este partido organizada por “Legends”, una institución presidida por un argentino, Marcelo Ordás, uno de los mayores coleccionistas del mundo de objetos futbolísticos que montó un edificio de siete pisos en plena Puerta del Sol en el centro de Madrid, quien invitó a dos exjugadores emblemáticos de la liga como el alemán Bernd Schuster y Milinko Pantic, y ambos coincidieron en que este partido del domingo a la noche española, en el estadio Metropolitano, es muchísimo más importante para los “colchoneros” que para los “merengues”.

Y si este es el pensamiento generalizado, no es porque sí, sino por razones históricas y actuales. Tanto Schuster (quien conoce muy bien el fútbol español porque vistió las camisetas del Barcelona, el Real Madrid y el Atlético Madrid) como Pantic (integrante del equipo rojiblanco que ganó el famoso “Doblete” -liga y Copa del Rey- en la temporada 1995/96 con Luis Aragonés de entrenador y Diego Simeone como líder dentro de la cancha) destacaron que notan cierta obsesión del Atlético por ganarle a sus primos de la misma ciudad.

Pantic contó que pese a haber integrado un gran Atlético en los noventa, nunca pudo vencer a los blancos. Dominaban, atacaban, pero siempre un error, un accidente, una desatención, terminaba derrumbando todo y acababan con un mal resultado, lejos de lo que habían soñado y proyectado. Ambos (Schuster se sumó a la idea) creen que estos fallos se deben precisamente a esa obsesión de vencer que muchas veces obnubila y más aún cuando el rival la conoce y juega tranquilo sabiendo que su oportunidad llegará si se mantiene frío y atento.

 

 

Más allá de estas elucubraciones o consideraciones, lo cierto es que el “derbi” enfrenta a un Atlético Madrid muy irregular, dirigido por Simeone en su duodécima temporada en el plantel, con algunas actuaciones muy extrañas, especialmente en esta liga. Un Atlético que sólo cosechó siete unidades contra las quince del Real Madrid, que tiene puntaje perfecto porque ganó todos sus partidos (incluso el único que jugó en Champions, ante el Unión Berlín), pero que tiene un partido pendiente como local ante Sevilla que recién se disputará en diciembre.

En esta liga, el Atlético fue capaz de golear a domicilio, en otro “derbi madrileño” al Rayo Vallecano por 7-0, un resultado impactante y que parecía que proyectaba al equipo hacia la búsqueda de un nuevo título luego de un par de años de sequía después de aquel año fabuloso del uruguayo Luis Suárez. Sin embargo, enseguida trastabilló muy mal en Mestalla ante el Valencia, no sólo cayendo por un sorprendente 3-0 sino que para muchos se trató del peor partido de todo el ciclo Simeone, con jugadores que parecía que ni siquiera tenían ese espíritu que caracterizó siempre a los rojiblancos.

Por esta razón, había muchas dudas sobre qué podía hacer el equipo en Roma en su visita a la Lazio por el debut en la fase de grupos de la Champions League, en la que el año pasado no pudieron pasar y ni siquiera clasificarse a la segunda copa, la Europa League, al quedar últimos entre los cuatro. Pero esta vez fue diferente. Los rojiblancos jugaron un buen partido, fueron por delante en el marcador en buena parte, y ya en el descuento, cuando todo terminaba y sin que se reconociera una falta previa, llegó el gol del empate de los italianos por el cabezazo in extremis del arquero local, Iván Provedel, cuando sólo quedaba tirar centros y centros para vencer al esloveno Jan Oblak.

Si el Atlético lo tenía ganado en Champions y le empataron en la última jugada (no es la primera vez que ocurre, aunque hubo una peor, cuando ya tenia ganada la antigua Copa de Campeones en la final de Bruselas de 1973/74, cuando el arquero José Manuel Reina -padre de Pepe, campeón mundial con España- salió unos segundos del arco a firmar un autógrafo a un alcanza pelotas, y los alemanes empataron con un remate que no encontró oposición, forzaron un nuevo partido, en el que anímicamente estaban demasiado arriba, y se quedaron con todo), todo lo contrario pasó con el Real Madrid, que parecía que no iba a poder con el rústico pero valiente Unión Berlín (acompañado por 4500 personas que gritaron tanto que aunque se jugó en el Santiago Bernabeu parecían locales), y que se impuso en el descuento por un remate del uruguayo Federico Valverde que se filtró entre varios rivales y casi en la línea apareció el inglés Jules Bellingham para empujar la pelota a la red.

Es decir, Real Madrid y Atlético de Madrid son las dos caras de una misma moneda. Uno, al que la suerte parece acompañarle siempre (otros van por el lado de los arbitrajes y el VAR), y otro, que no parece pegarla nunca (muchos lo apodan como “el pupas”, aunque desde que Simeone es el DT se buscó la manera de alejar esta idea).

Tanto es así que los dos entrenadores que se saludarán correctamente antes del partido, y que se respetan mucho, ya se enfrentaron en 2014 en una final de Champions League en Lisboa, que para variar, ganaban los rojiblancos hasta el minuto final, pero Sergio Ramos, con un cabezazo, forzó el alargue y allí unos se derrumbaron y los otros se agrandaron, y todo terminó con un mentiroso 4-1 cuando Cristiano Ronaldo no se apiadó de la suerte adversaria.

Volvieron a disputar otra final dos años más tarde en San Siro, pero esta vez el otro banquillo lo ocupaba Zinedine Zidane, y tras el empate 1-1, los blancos volvieron a quedarse con la Copa.

¿Todos estos antecedentes sirven a la hora de analizar un partido como el que va a enfrentar a estos dos constantes animadores del torneo español? Probablemente muy poco, quizá algún condimento, porque los rojiblancos sí que están en condiciones de ganar y de permanecer entonces en una posición expectante, pero sería interesante que hayan aprendido de las lecciones de la historia a la hora de templar su carácter, que no significa que no lo tengan, sino que se desborde y esos detalles sean los que, una vez más, conspiren contra sus posibilidades.

¿Si está en condiciones de ganar el Atlético? Por supuesto. Jugadores de jerarquía tiene, aunque haya perdido al portugués Joao Félix, rápidamente adaptado al Barcelona y enfrentado a Simeone. Por el lado de los blancos, su entrenador Ancelotti ya avisó a dos veteranos pero piezas fundamentales en el mediocampo, como Toni Kroos y Luka Modric, que esta temporada tendrán menos minutos, pero la llegada del inglés Bellingham (autor de seis goles en seis partidos) cambió el sistema y acaso lo que falte es un nueve goleador, más allá de que otro veterano, el altísimo Joselu, pueda ayudar en este sentido. La falta de Karim Benzema, emigrado al fútbol árabe, aún se nota.

Sí hay algo que los hinchas del Atlético creen y que fue ratificado por Schuster y Pantic en los días pasados: de caer el Atlético en su casa, y quedar a doce puntos de distancia tan pronto, esta liga puede ser eterna y muy difícil de remontar. Y recién estamos en la sexta fecha.

Por eso es que, creemos, que al menos el Atlético, ante el Real Madrid, se juega mucho más que tres puntos de liga.

 

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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