¿Quieres recibir notificaciones de noticias?

Messi, un rey más allá de los balones

¿Quieres recibir notificaciones de noticias?

Publicidad

7° Mendoza

Miércoles, mayo 01, 2024

RADIO

ONLINE

7° Mendoza

Miércoles, mayo 01, 2024

RADIO

ONLINE

Messi, un rey más allá de los balones

Desde que levantó en Doha la Copa del Mundo, en diciembre de 2022, para Lionel Messi nada más es necesario en cuanto a logros en su carrera deportiva.

01/11/2023 22:42
PUBLICIDAD

Por Sergio Levinsky, desde París

Él mismo lo expresó en el campo de juego del estadio Lusail una vez que fue campeón: “Ya está”. Todo lo demás, es yapa, es un hermoso agregado para seguir disfrutando de lo que ama: el fútbol.

Tampoco Messi necesita que le digan que es el mejor porque lo sabe con creces. Se lo hacen saber a cada minuto y cada vez que sale de su casa, de un hotel, de cualquier acto, de un vestuario.

Sin embargo, tal como ocurre con los títulos, que son una manera de certificar que la persona está apta para ejercer en una determinada profesión o actividad, los premios, en el más alto nivel del deporte y en este caso, del fútbol, ayudan a la consideración respecto de la calidad y de la comparación con los colegas.

Uno de esos premios, de los más destacados, es el “Balón de Oro” que desde mediados de los años cincuenta otorga la revista “France Football”, una de las más prestigiosas del mundo, y que pasó por distintas etapas, porque hasta 1995 sólo consideraba para la competencia a los jugadores europeos y por esta razón, por ejemplo, Diego Maradona nunca pudo recibir uno aunque por esto mismo, en la gala que se produjo el cambio de timón, ese mismo año, recibió uno honorífico.

Dos argentinos, en cambio, sí habían podido recibir este premio en los primeros años. Alfredo Di Stéfano, por tener el pasaporte español, lo obtuvo en 1957 y 1959 tras brillar en el Real Madrid de las cinco Copas de Europa entre 1956 y 1960 (su compañero francés Raymond Kopa lo consiguió en 1958), mientras que Enrique Omar Sívori, naturalizado italiano, fue galardonado en 1961.

Pero para tener una noción de lo que significa haber ganado ocho Balones de Oro, como es el caso de Messi, hay que tener en cuenta que su máximo competidor en su tiempo, el portugués Cristiano Ronaldo, el máximo goleador del fútbol mundial en toda su historia, consiguió cinco y ya, más atrás, quedan con tres exjugadores de la talla de Johan Cruyff, Michel Platini y Marco Van Basten.

¿Es por eso Messi el mejor jugador de la historia? En la formalidad, luego de quebrar casi todos los récords que existen en el fútbol y por lo decisivo que fue y sigue siendo en sus equipos, los números parece que lo explicaran con rotundidad.

Sin embargo, creemos que no es posible manifestarlo con certeza porque es imposible comparar tiempos, contextos, sistemas tácticos, tecnologías, preparaciones físicas, nutrición, marcajes. Para salirnos del fútbol, es como si se le preguntara al lector, en música, quién fue mejor, si Los Beatles o Beethoven. Seguramente, muchos de ustedes responderían que es una consulta sin mucho asidero y que todos, cada uno en lo suyo, aportó algo maravilloso.

En el fútbol, también ha sucedido. Creemos, sí, que este deporte ha dado tres genios, que por orden de aparición fueron Pelé, Diego Maradona y Messi y que detrás de ellos se va ensanchando una pirámide de eracks que conforme se acerca a los genios va subiendo de calidad y muchos de ellos fueron ganadores de Balones de Oro.

Este columnista tomará la frase de un colega y amigo alemán, Florian Haupt, de “Die Welt”, quien consultado sobre este tema afirmó que Messi sólo puede ser comparable a Pelé porque son los únicos dos en toda la historia que han reunido genialidad y constancia en un lapso muy largo, y que hay quien fue genial pero no tuvo constancia (y sostuvo que no hace falta mencionar de quién se trata) y hay quien fue muy constante pero no genial (y tampoco es necesario mencionarlo).

También es importante destacar la faceta humana de Messi: su sencillez, su humildad sin un gramo de falsedad, su agradecimiento a los hinchas de todo el mundo porque hubo una notable inclinación por la selección argentina en el pasado Mundial (una energía que era evidente) y todo ello fue por su figura, porque el mundo del fútbol clamaba por un acto de justicia para quien tanto dio y por tanto tiempo, por quien tanto nos hizo disfrutar con una pelota en sus pies y porque no podía retirarse sin alcanzar la cima.

Un Messi que fue aplaudido de pie, y hasta con devoción, en el teatro Le Chatelet, por colegas como Kylian Mbappe, Erling Haaland, Bernardo Silva o Jules Bellingham, a quienes consideró como sus sucesores. Y también un Messi que pese a la forma con la que se fue en 2021 del Barcelona, no sólo no le guarda rencor, sino que le declaró su amor eterno en el contexto de una ciudad en la que no fue feliz jugando para un equipo que no lo aclamó ni siquiera le reconoció demasiado su título mundial.

Messi llegó a decir que este será, muy posiblemente, su último Balón de Oro, pero no nos atrevemos a sostener esa afirmación, aunque cuente con 36 años, camino a los 37, y jugando una liga fuera de Europa. Quien este seguro de esto, no lo conocerá nunca. Mientras haya algo en juego, algo de algo que incluya una pelota de fútbol, arco y rivales, Messi peleará por ganarlo porque es un animal competitivo, además de genio. Por ahora, no se retira de nada y es capaz de llegar al Mundial 2026 y levantar la Copa de nuevo. Y quién te dice que en octubre de ese año lo veamos, a los 39, con otro traje de diseño acorde a esos tiempos, un moñito, su esbelta esposa y sus tres hijos ya más crecidos, agradeciendo otra vez por un Balón de Oro, como rey del fútbol que es, y más allá de la colección interminable de trofeos, muy merecidos, que ya tiene.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD