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La clasificación mundialista parece un cuento repetido

La fecha que acaba de terminar fue decisiva en la clasificación para Qatar 2022 a partir del resonante triunfo de la selección peruana en Barranquilla, la de Uruguay en Asunción, y la derrota de Chile ante Argentina en Calama.

29/01/2022 22:58
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Por Sergio Levinsky, desde Buenos Aires. Especial para Jornada

Todo indica que finalmente, los que accederán al próximo Mundial serán prácticamente los mismos que para Rusia 2018, con la única diferencia de que Ecuador tomaría el lugar de Colombia.

Si para Rusia 2018 acudieron Brasil, Uruguay, Argentina y Colombia, mientras que Perú logró atravesar el repechaje, esta vez el orden, hasta ahora, es con Brasil, Argentina, Ecuador, Perú y Uruguay, y tomando en cuenta el calendario que les queda, todo indica que los dos últimos pelearían por el cuarto lugar, mientras que el quinto deberá jugar un repechaje.

Uno de los hechos más difíciles de comprender es la actualidad de la selección colombiana. Es cierto que arrancó muy mal la clasificación con el portugués Carlos Queiroz como entrenador, y se recuerda especialmente aquella doble fecha en la que cayó derrotada por 3-0 ante Uruguay como local, y luego perdió por 6-1 ante Ecuador como visitante.

Parecía que la recuperación llegaba con el recambio de entrenador y la llegada de Reinaldo Rueda, que dejó así la selección chilena. Sin embargo, el experimentado director técnico nunca pudo terminar de encontrarle la vuelta a un plantel de grandes jugadores, con goleadores como Luis Muriel, Duván Zapata, Radamel Falcao, Rafael Borré o Miguel Borja, talentosos como Juan Cuadrado, James Rodríguez o en especial Luis Díaz, el que más deslumbró en la pasada Copa América y que está a punto de ser contratado por el Liverpool en 80 millones de euros (se cree que no rindió ante Perú por tener la cabeza dividida entre dos presiones), y hasta un arquero con experiencia como David Ospina, que regaló su palo en el gol de Edison Flores, sobre la hora, que le puede costar la clasificación a su equipo.

Colombia (cuyos jugadores salieron insultados y en algunos casos agredidos tras el partido ante Perú) está ahora obligada a ganar en Córdoba ante una selección argentina que juega cada vez más tranquila, con la clasificación al Mundial ya conseguida y con el público del estadio “Mario Kempes” volcado a su favor en buenos tiempos en cuanto a la relación con la gente luego de años de transitar por el desierto.

Por cierto, el equipo de Lionel Scaloni (aunque sin él, a causa de su positivo de Covid), no redondeó un gran partido ante Chile en Calama y fue de mayor a menor, aunque muchos lo excusan en que la altura de 2280 metros sobre el nivel del mar pudo haber influido en el esquema tan conservador, con un solo delantero real de punta (algo que no es nuevo), Lautaro Martínez, y con dos supuestos extremos (Ángel Di María y Nicolás González) que en realidad ayudaron a los del medio (Leandro Paredes, Rodrigo De Paul y Alejandro “Papu” Gómez) en la marca más de lo que crearon.

De todos modos, una defensa firme y un gran arquero como Emiliano Martínez (que aún así, creemos que pudo haber hecho algo más en cuanto a ubicación en el bonito gol de cabeza de Ben Brereton Díaz que estableció el empate parcial chileno), bloquearon cualquier atisbo de ataque local.

Para los trasandinos, esta derrota termina siendo muy dura de digerir debido a los dos muy difíciles compromisos de las fechas que vienen (Bolivia en la Paz, Brasil como visitante y Uruguay como local) y matemáticamente, hoy, fuera del Mundial, lo que al mismo tiempo comienza a plantear dudas acerca de si aquella que fue señalada como “La Generación Dorada” que ganó las dos Copas América consecutivas en 2015 y 2016 (Claudio Bravo, Gary Medel, Mauricio Isla, Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Eduardo Vargas) lo sigue siendo en el caso de que se quede afuera de un Mundial por segunda vez consecutiva, lo que supondrá doce años de ausencia.

Todo lo contrario ocurre con esta selección peruana que dirige el argentino Ricardo Gareca, ya constituido en una destacada personalidad del país (ya no sólo del fútbol) luego de colocar otra vez al conjunto nacional en una muy buena situación de cara a esta clasificación tras el éxito al final del partido en Barranquilla ante Colombia por 1-0.

Es cierto que la actitud fue excesivamente conservadora en un partido en el que se jugaba todo, y cuando, a priori, el empate era un buen resultado. La estrategia, entonces, fue la de cortar permanentemente el juego rival, no dejar acercar al área a los jugadores más peligrosos, y velocidad en las salidas para contragolpes que casi no se produjeron, hasta que a falta de cuatro minutos, el ingresado Edison Flores pudo concretar con un zurdazo al primer palo que Ospina no pudo contener pese a que la pelota fue hacia su palo, en uno de esos errores que marcan a los arqueros, por más buenos que estos hayan sido en sus carreras. Más allá del gran partido defensivo peruano, hay que destacar también que Gareca nunca renunció a su esquema base de 4-2-3-1, con Renato Tapia y Yoshimar Yotún por detrás de André Carrillo, Sergio Peña y Christian Cueva, y con Gianluca Lapadula como único punta.

La selección peruana no sólo consiguió regresar a un Mundial en 2018 por primera vez luego de 36 años, sino que fue tercera en la Copa América de Chile 2015, subcampeona en Brasil 2019 y cuarta en la misma sede pero en 2021, mostrando una notable vigencia en los últimos siete años como consecuencia de un gran trabajo del director técnico argentino.

Si Perú lleva casi siete años con el mismo entrenador, la selección uruguaya, que tuvo al Maestro Oscar Tabárez sentado en el banco desde 2006, cambió sobre el final de la clasificación luego de una mala racha de varios resultados y a cuatro fechas del final debutó en su lugar Diego Alonso y con un importantísimo y merecido triunfo 1-0 ante una flojísima Paraguay (a la que sólo un milagro podría colocarla en el Mundial) y con un gol del siempre decisivo Luis Suárez (además de dos cabezazos en el primer tiempo, uno del propio Suárez y otro de Diego Godín, que terminaron en el palo). Gracias a los otros resultados, los celestes se pudieron colocar ahora en zona de repechaje, y con un calendario bastante aceptable.

Si bien Ecuador y Brasil ya ocupaban puestos de clasificación directa (los verdeamarillos de Tité ya consiguieron el pasaje a Qatar), el partido que jugaron en Quito tuvo muchísimos condimentos para hacerlo polémico y con el VAR como protagonista como pocas veces, anulando tres penales (dos para Ecuador), en los que también el árbitro colombiano Wilmar Roldán tuvo que cambiar sus fallos por los que dos veces iba a expulsar al arquero visitante Alisson, para mantenerlo en la cancha sin la tarjeta roja y sin señalarla pena máxima. La segunda oportunidad fue ya en tiempo de descuento, en un partido que estaba empatado 1-1.

Y más allá de que sólo Bolivia se jugaba algo como visitante ante Venezuela, el hecho destacado es que la “Vinotinto”, colista de la tabla clasificatoria, se impuso por un rotundo 4-1 con tres goles del tanque Salomón Rondón, que llevaba tiempo sin marcar, en lo que ya se comienza a vislumbrar la mano del director técnico argentino José Pekerman, contratado por una nueva dirigencia con miras al Mundial 2026, pero que rápidamente modificó algunas piezas y transmitió la confianza necesaria a sus jugadores, abriendo un signo de pregunta sobre si en lo que resta del torneo será un rival tan accesible como antes o si puede llegar a complicar el camino de alguno. Por cierto, uno de los equipos a los que deberá enfrentar en las tres fechas que quedan es Argentina. En lo que podría ser un interesante test.

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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