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El inolvidable Mayo Francés

Este mayo del 2023 Francia volvió a vivir bajo protestas que no han cesado desde que el Gobierno de Macron decidió reformar la edad de jubilación, una medida impopular, la de la ley de pensiones, que fue aprobada por decreto.

20/05/2023 21:09
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Por Roberto Suárez, Especial para Jornada

 

Esto acontece desde hace meses en Francia y que, a algunos, les recuerda a lo vivido en lo que fue denominado mundialmente como el Mayo Francés y que dio comienzo un dos de mayo, pero de 1968.

Las jornadas en las que obreros y estudiantes desafiaron al poder en Francia quedaron grabadas en sus paredes.

Aquel Mayo Francés de 1968, comenzó a principios de ese mes en forma de protesta estudiantil de la Universidad parisina de La Sorbona. Simboliza uno de los acontecimientos más importante de la segunda mitad del siglo XX. Las protestas, surgidas de manera espontánea, comenzaron por grupos estudiantiles opuestos a la sociedad de consumo, el capitalismo, el imperialismo, el autoritarismo. También rechazaban la estructura y políticas de los partidos políticos, el gobierno, los sindicatos o, incluso, de la propia universidad. El Mayo Francés supuso la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia, y posiblemente de Europa occidental. Fueron más de nueve millones de trabajadores los que movilizó, llegando a tener influencia en el movimiento hippie que se extendía entonces.

Una revuelta que no perseguía llegar al poder sino cambiar la sociedad, un movimiento para reivindicar más libertades en la esfera privada que cuestionó la esfera pública. Nadie lo intuyó, nadie pudo detenerlo. El 3 de mayo los estudiantes de la Universidad de Nanterre, que acababa de ser clausurada, se trasladaron a la Sorbona. La policía intervino. Hubo 600 detenidos. Se levantaron barricadas. Dos semanas después había diez millones de obreros que secundaban la huelga general convocada por los sindicatos en una paralización sin precedentes en la Francia de las postguerras. La República francesa temblaba. No funcionaban ni los trenes, ni las fábricas, ni los aeropuertos. Prácticamente ningún coche circulaba en París. La televisión y la radio públicas secundaban la huelga. Hasta el Festival de Cannes de cine se interrumpió. Pese a que la calma regresó en junio, nada volvería a ser igual.

La revolución que no cuajó dejó un impacto duradero. Mayo del 68 acunó muchas causas diferentes como el ecologismo, la libertad sexual, la educación igualitaria o el feminismo y todas fueron impulsadas como nunca antes. El mayo francés transformó ideas y valores morales, no cambió el poder ni el sistema. Fue una eclosión de libertades y causas. Los derechos civiles, el antinuclearismo, la revolución sexual, el antibelicismo tuvieron cobijo bajo un paraguas que reclamaba una nueva moral y una nueva sexualidad. Las perspectivas libertarias se canalizaron posteriormente en el feminismo, la ecología, la lucha contra el racismo. El espíritu de Mayo del 68 servía contra todas las discriminaciones.

Ciertamente, fue un momento en que el movimiento obrero cedió su monopolio de las protestas. Fue la revolución de los eslóganes, de las pintadas, de los carteles: “Bajo los adoquines está la playa”. “Haz el amor y no la guerra”. “Prohibido prohibir”. “Seamos realistas, pidamos lo imposible”. “Vivir el presente”. “No sé lo que quiero, pero lo quiero ya”. “La revolución hay que hacerla en los hombres antes de que cristalice en las cosas”. Y la que más trascendió fue : “La imaginación al poder”. Esos son lemas que surgieron de las mentes con ansias de libertad y que aún hoy en día forman parte del imaginario de las revueltas.

Fueron muchos los protagonistas de esas jornadas históricas pero como sintesis quedaron las figuras del estudiante Daniel Cohn- Bendit y el Presidente Frances, Charles de Gaulle.

“Ni el mundo ni la vida volverán a ser como eran”, dijo el líder más famoso de los estudiantes. Carismático, Cohn-Bendit , llamado Dany el Rojo, escenifica la evolución de muchos de los cabecillas del Mayo del 68, siendo eurodiputado ecologista durante muchos años para acabar apoyando, el año pasado, la candidatura exitosa de Emmanuel Macron a la presidencia de Francia. Autor del libro Forget 68 en el que asegura que el mundo contra el que se rebeló ya no existe, Cohn-Bendit fue uno de los “Ocho de Nanterre”. Otros fueron Alain Geismar, más identificado con el maoísmo, y Alain Krivine, que se mantuvo durante décadas como portavoz de la Liga Comunista Revolucionaria francesa.

La otra figura, General y héroe nacional, tras diez años de mandato De Gaulle se vio ante una revuelta inesperada y sin precedentes, de una juventud escolarizada que por primera vez reclamaba incidencia social y política. La primera reacción fue enviar a reprimir. Pero fue insuficiente. La masificación y extensión de las protestas acabó por descartar la represión como única solución. De Gaulle, cuyo estilo autoritario estaba en entredicho, decidió disolver la Asamblea Nacional, cambiar el Gobierno del primer ministro Pompidou, y convocar elecciones para el 30 de junio. La jugada política le salió bien ya que impidió la unión de los partidos de izquierda. El presidente supo tejer una alianza entre el gaullismo y partidos de derecha que habían sido hostiles hasta ese momento e invocar los miedos del comunismo, los elementos antinacionalistas y el riesgo de los agitadores para ganar por un estrecho margen las elecciones. Su carrera política, no obstante, quedó muy resentida y el general dimitió en 1969 para retirarse. Le sucedió George Pompidou, el que fuera primer ministro en Mayo del 68.

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