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Doble luto para la educación y cultura de Mendoza

En el día de conmemoración de la Independencia Argentina, Mendoza pierde a dos referentes sobresalientes de la educación y la cultura provincial, al desaparecer el educador Hugo Duch y el poeta Julio Gonzalez. Ambos fueron protagonistas del advenimiento de la democracia en 1983.

09/07/2022 23:05
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Por Roberto Suárez. Especial para Jornada

De Hugo Duch dice la necrológica que el abogado y doctor en Educación, fue el primer Director General de Escuelas de la democracia, en la gestión de Felipe Llaver entre 1983 y 1987. Volvió al mismo cargo con Roberto Iglesias (1999-2003). Raúl Alfonsin lo designó director del Banco Hipotecario Nacional, entre 1988 y 1989. También había estado a cargo del Instituto Universitario de Seguridad Pública y actualmente se desempeñaba como Vocal 1° del Consejo de Administración de ese órgano. En la Universidad Nacional de Cuyo era docente en la Facultad de Derecho.

Pero logro ser mucho más que eso, en aquel primer escenario como  Director General de Escuelas fue un actor fundamental acompañando a Felipe Llaver para reparar el terrible daño que había recibido la educación de Mendoza bajo el manejo de la dictadura militar, el primer acto que engrandeció a Duch y al gobernador fue la reincorporación de los docentes cesanteados por el régimen nefasto. Quiza fue el primer gran grito de libertad luego de que iniciara su gobierno Raúl Alfonsin para fundar la democracia para los tiempos. Cientos de docentes que había quedado sin su trabajos, que varios habían sido detenidos y torturados, otros exiliados que pudieron volver a su tierra y a sus aulas, y desgraciadamente otros que no pudieron gozar de ese beneficio, porque fueron desaparecidos por el mandato de los dictadores de turno. Otro hito importante bajo la conducción de Hugo fue la creación del Estatuto del Docente. Además de la creación de escuelas a lo largo de toda la provincia, y la decisión de crear la facultad de Derecho estatal, la cual lo tuvo como profesor.

Era un gran amigo, una persona inteligente, afable, propenso al diálogo. Hay que decir que a muerto un gran político, honesto y capaz, en momentos que nos atormenta la incapacidad y la corrupción de algunos políticos.

Hay que decir que el ejemplo de Hugo Duch debe servir para reflejar lo que debe ser un hombre cabal y un político de raza.

La dolor se agranda ante la pérdida de otro gran amigo y compañero de lucha como fue Julio González, que también tuvo su protagonismo en la dura llegada de la democracia, colaborando en la campaña política que desemboco en 1983 en  la llegada de Felipe Llaver a la gobernación de la provincia y de Raúl Alfonsin a la presidencia de la República. Luego Julio se desempeñó en los equipos de comunicación de los intendentes Rivera, Fayad, Iglesias y Vicchi. Porque Julio tuvo una vida en el periodismo, fue corrector, en el diario Los Andes, y fue invitado por el subdirector de entonces, Antonio Di Benedetto, a escribir notas no firmadas sobre artistas de Mendoza, en la modalidad de un colaborador externo. También creo su propia publicación. Pero donde sin duda se destacó fue como poeta y escritor.

Había nacido en Mendoza en 1931. Publicó, entre otros libros, “Las dulces moscas” (1967), “Cosecha embrujada” (1992), “Vuelo terrestre” (1998), “La sombra del amor” (2002) y “Johanes Vermeer. Confesiones” (2013). Editó el CD “El tango del Che y otros poemas” (2007), junto con Roberto Battistón y Walter Anselmi. En 1971 estrenó el mediometraje “La sangre sangra”, con la colaboración de Rubén Espinosa.

 A los 85 años, puso a consideración su último trabajo, una compilación personal de 48 poemas, que cubre más de cuatro décadas de trayectoria en la literatura. El libro se llama "Antología poética", y fue presentado en el teatro Quintanilla.

 Compartí con él la bohemia de los años 70, en donde profundizamos nuestra amistad rodeados en las mesas de café,  de otros grandes de la cultura mendocina como Fernando Lorenzo, Cristobal Arnold, Ricardo Embrioni, Mario Padin, Carlos Levy, Aldo Braga, Elio Viola, entre otros.

Con Hugo Duch y Julio Gonzalez, perdimos amigos que trascendieron los ámbitos en los que se desempeñaron para transformarse en símbolos, representantes de algo más amplio, por recorridos, personalidades, desempeños, prestigio, tornándose  en representante de lo mejor< que puede dar una sociedad.

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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