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Di Benedetto, siempre vigente

A 36 años de aquel, 10 de octubre de 1986 en que fallecía a causa de un derrame cerebral el escritor y periodista Antonio Di Benedetto. En noviembre próximo, el 2, se van a cumplir 100 años de su natalicio. Su obra literaria es una de las más originales y potentes escritas en español durante el siglo pasado, y orgullo de la cultura mendocina.

08/10/2022 22:51
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Por Roberto Suárez. Especial para Jornada

En la noche del 24 de marzo de 1976 fue secuestrado por un grupo de tareas del ejército que había ingresado a su despacho del diario Los Andes del que era subdirector, trasladado en vehículos militares preso a la Compañía de Telecomuni- caciones del Ejército, de allí al centro clandestino de torturas y desapariciones D-2 y más tarde al penal de Magdalena. También detuvieron a los periodistas de su redacción Jorge Bonardel, Norma Sibilla, Rafael Morán y Pedro Lucero.

Fue el primer escritor apresado por la dictadura. Su nombre figuraba en las listas de “subversivos”. Se le achacaba que como periodista había militado activamente contra cualquier forma de censura. Ya desde 1972 había comenzado a publicar notas sobre la represión policial y los atentados de grupos parapoliciales, fotos de presos e información acerca de procedimientos irregulares, primero de la Triple A y luego de los militares.

En la agonía de su detención fue brutalmente golpeado, torturado y sometido a varios simulacros de fusilamiento. Gran miope, sus carceleros le privaron de sus gafas y le obligaban a arrastrarse desnudo por el piso de su celda para limpiarla. Los golpes que recibió en el cráneo le provocaron ulteriores e intermitentes períodos de amnesia y su cuadro general de salud quedó permanentemente dañado. Borges, Sábato, Múgica Laínez, Victoria Ocampo, pelearon vigorosamente para evitar entonces, su desaparición definitiva, el mal agüero militar que cayó sobre Haroldo Conti o Roberto Walsh. 

Fue liberado más de un año y medio después, el 4 de septiembre de 1977, y decidió exiliarse a Europa, primero a Francia y luego a España. El ánimo del escritor y periodista mendocino quedó destrozado y apenas pudo reunir fuerzas para producir unos pocos textos. En 1984 regresó a Buenos Aires para trabajar como asesor cultural de la Casa de Mendoza.

De las posteriores investigaciones realizadas sobre su caso salió a la luz la actitud de los propietarios, en aquel entonces, del diario Los Andes con los trabajadores “chupados” por el gobierno militar. A pocos días de las detenciones, el matutino hizo firmar la renuncia a todos los periodistas secuestrados con la promesa de continuar pagándoles los salarios a sus familias.

Fue autor de libros extraordinarios, devenidos en clásicos silenciosos de la literatura argentina y latinoamericana. Se destacan colecciones de cuentos como Mundo animal (1953) o Declinación y ángel (1958), así como las novelas El silenciero (1964) y Los suicidas (1969).
Una consideración especial merece su novela Zama, de 1956, su obra más lograda. Es el relato angustiante de la espera de un funcionario de la colonia española en el siglo XVIII que aguarda ser trasladado de Asunción del Paraguay a Buenos Aires. Zama trata con simpleza y maestría la angustia y la ansiedad de toda espera. La directora de cine salteña Lucrecia Martel (La ciénaga, La niña santa, La mujer sin cabeza) rodó la película basada en la novela y que fue seleccionada por el periódico “The Guardian” como uno de los mejores 10 films del siglo.

A cuarenta  y seis años  de su secuestro por la dictadura militar y a treinta y seis de su muerte, la literatura de Antonio Di Benedetto mantiene una actualidad fenomenal, producto del trato con los problemas que acucian a la humanidad más allá de toda época.

Hay que recordarlo con las palabras que cierran su “Autobiografía”: “Bailar no sé, nadar no sé, beber sí sé. Coche no tengo. Prefiero la noche. Prefiero el silencio”

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