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No fue ningún “loco suelto”

El atentado a la ex presidenta fue dramático, y pudo haber sido el inicio de una enorme escalada de violencia en el país: sólo el error de Sabag Montiel al no cargar bien la pistola, ha impedido lo que pudo ser una espiral imparable de ataques mutuos, de imposible pronóstico. Sólo los insensatos pueden creer que algún bando o sector hubiera salido ileso de ese desastre.

Redacción
10/09/2022 22:46

Por Roberto Follari, Especial para Jornada

Los inventos televisivos por desviar la atención, han tenido escaso éxito. Decir que fue una puesta en escena, es creer que el Dpto. de Estado de los EE.UU. se traga una puesta en escena, dado que enviaron su repudio. Y no es creíble que alguien hiciera una puesta en escena tan peligrosa. Decir que la pistola secuestrada no es la que disparó, es ignorar que quien disparó fue Sabag, y que la pistola tiene ADN suyo en diversos sitios. Decir que la custodia hizo poco, nada quita al atentado: en todo caso, pone cierta sospecha sobre esa custodia. En fin: está claro que el atentado existió –lo vimos todos-, y está claro que por una casualidad no resultó en un desastre nacional, potencialmente catastrófico aún para los que en voz baja lamentan que la bala no se haya disparado.

  La otra teoría es la del “loco suelto”.  Advertido que Sabag aparece como cuasi marginal, y que vivía en un domicilio descuidado y pestilente, la Sociología muestra muy bien cómo aún lo más íntimo y solitario está socialmente construido: nos bañamos, por ej., acorde a las formas sociales en que ello se hace en nuestra época, no con los usos de hace 300 años. La sociedad nos ha impuesto las formas de lo íntimo, de lo que hacemos estando solos. De tal modo, Sabag es un producto social, como lo es Brenda Uliarte, la mujer que lo ha acompañado en sus últimos tiempos.

  Fue raro lo acontecido con el celular de Sabag, por responsabilidad del juzgado y/o de la cadena de custodia. Así y todo, algo pudo rescatarse del aparato. Y mucho más del de Brenda, detenida sólo días después, no sabemos si por lentitud del juzgado, o por una decisión de “dejarla hacer” para ver qué es lo que ensayaría. La mujer –con una doliente historia personal- apareció insólita por tv para limpiar su imagen: es notorio que estuvo presente más de una vez en las cercanías del domicilio de la ex presidenta.

  Y aparecieron varios autoasumidos amigos de Sabag, también por tv: dijeron tener miedo, no se sabe si de instigadores o de perjudicados, o de ambos a la vez. Fueron a declarar, entregaron sus celulares, han dejado mucha información, al igual que el ex novio de Brenda al que ésta le dejó la bolsa blanca con que aparece en la filmación del atentado.

  Hay bastante información: no se sabe si los famosos copos de azúcar eran sólo una tapadera, o si efectivamente servían como trabajo a Brenda y a otros del grupo. Carrizo, uno de los que fue a la tv, ha sido detectado en fotos cerca del domicilio de Cristina, así como los copos (¿de Brenda?) aparecen a menudo, y ella ha participado de algunas de las manifestaciones que llevaban guillotinas u objetos parecidos contra la ex presidenta.

  También fue detenido en La Plata el director de un local cultural local que festejó por las redes el atentado, y ha quedado bajo la mira el grupo Revolución Federal, de pocos pero beligerantes componentes, uno de los cuales aparece dentro del departamento de la famosa “vecina de Cristina”, lugar desde el cual notoriamente espiaba, fotografíaba y/o filmaba a su gusto.  

  Notoriamente, Sabag no era ningún personaje solitario. No se sabe hasta dónde llegan hacia arriba las relaciones. Aparte hemos visto, realmente sorprendidos, cómo un diputado opositor había “previsto” una situación así días antes, lo cual es realmente preocupante y digno de investigación.

  Ahora, los que han injuriado a la ex presidenta hasta convertirla en una especie de personificación del Mal Absoluto, dicen que nada tienen que ver en la producción de las condiciones que han llevado a estos extremos. Pero bien decía Freud que lo que primero ocurre en las palabras, termina luego sucediendo en los hechos. El ataque verbal permanente e indiscriminado, acaba en violencia.

  Igual, existe una oportunidad para el país. Para aminorar el enfrentamiento, para fijar en común las reglas y andariveles dentro de los cuales pueda dirimirse las diferencias. Por ahora, el peronismo ha tenido conducta ejemplar: Sabag fue detenido por los militantes y está ileso, las enormes movilizaciones no tuvieron un solo desorden. Ojalá estas condiciones permitan que, pese a extremistas y agoreros, se opere un diálogo menos virulento en la Argentina.-

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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista Diario Jornada.

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