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De cuando la esperanza le ganó a la pobreza

Nos vamos a meter en la realidad de un montón de familias que ven cómo sus hijos les muestran el camino para mejorar un poco, aunque más no sea un poco. Y lo hacen desde la escuela y con el apoyo de docentes y directivos que se proponen avanzar a pesar de que la tarea social supere ampliamente a la educativa, aunque sea muy complicado darles el impulso inicial a ese grupo de estudiantes que por momentos se deja ganar por la desilusión, esa que les marca el espíritu ante el diario menú de la necesidad.

Redacción
30/10/2021 21:57

 

Por Luis Martínez, Redacción Jornada

Es que alumnos de la escuela Joaquín Lavado de La Favorita en Ciudad se propusieron y lograron constituir una cooperativa que terminará dando múltiples beneficios a ellos, sus familias y en definitiva la comunidad toda. La idea central: juntar botellas para colaborar con el medio ambiente y desde ese punto inicial terminar en la elaboración de ladrillos ecológicos que serán utilizados para mejorar su hábitat y de paso, si se puede, ganar unos pesitos.

Fue creada en una "asamblea" en la que se eligieron las primeras autoridades. Son en total ocho los alumnos que tendrán la misión de capacitarse, ordenar y llevar adelante el trabajo.

En el matinal de radio Jornada “Juntos de mañana” (FM 91.9) conversamos con la directora de la escuela, Ivana Lona que nos contó “la escuela cuenta con la modalidad Ciencias Naturales así que contamos con un grupo de profesores que están muy firmes y apuntalándonos con ideas, con proyectos que tengan que ver con lo que sea sustentable desde lo ambiental. A principio de año surge por parte de una de las coordinadoras del colegio la idea de los ladrillos ecológicos que es muy interesante porque tiene un triple impacto. Un impacto ambiental que tiene que ver con reciclar todas las botellas de plástico que se puedan juntar por lo que es una buena oportunidad para trabajar en el reciclado y la concientización en beneficio del medio ambiente. Y por el otro lado tiene un impacto social y económico también porque lo que se busca es darle a los estudiantes una herramienta económica, que ellos aprendan a fabricar estos ladrillos y puedan trasladar a sus familias este conocimiento, hacerlo en forma de cooperativa, trabajando todos juntos en forma solidaria invitando luego a las familias a participar con el sueño de que puedan mejorar sus viviendas, levantar paredes, medianeras”, puntualizó.

Destacó lo que cuesta vencer trabas en las familias y la escuela o el sistema. Sobre esto señaló “la presencialidad es fundamental para este proceso porque la conectividad es todo un tema. Es muy importante el trabajo social que se realiza desde la escuela. El trabajo colaborativo, en equipo es lo que estamos tratando de enseñar, es lo único que nos puede salvar. Es decir, que entiendan que el otro, el compañero que vive difíciles situaciones también pueden trabajar juntos y poder así ir cumpliendo con algunos sueños. Esto es maravilloso”, afirmó la docente.

Agregó que “claro está que necesitamos apuntalamiento porque hay desaliento,  se va perdiendo la confianza en el mañana. Hay que mostrar que la escuela puede ser un vehículo social, que la escuela pueda prometerle a ellos un mejor horizonte, así que luchamos contra eso, luchamos contra el ausentismo, tratamos todo el tiempo de vincularlos a los chicos que es el primer desafío. Y una vez que estén en la escuela tratar de que se encuentren haciendo algo significativo”, apuntó.

Una escuela con iniciativa y creatividad

Es ésta una escuela que se destaca por su impulso y sus ganas de darle a los alumnos algo más que los contenidos curriculares.

Ya en el año 2016, se lanzó un proyecto de Biogás con materia orgánica que llevo a que esos alumnos fueran invitados a Chile. En el 2017, se colocaron paneles solares y la mano de obra fue de los propios chicos. Ya en el 2019, se comenzó con una incubadora de aves de corral con objetivo de vender huevos. La pandemia y sus consecuencias frenaron el imperio, pero solo por un tiempo. El regreso a la presencialidad volvió a renovar los bríos. Este año la escuela también incursionó con un taller de periodismo barrial que se articula con los profesores de lengua y comunicación en varios cursos con la idea de que sea el primer paso hacia la creación de un medio de la comunidad.

Pero también, en algún momento, se metieron con un tema más que preocupante, la violencia de género. Realizaron una caminata con el objetivo de contribuir a que alumnos, docentes y familias desarrollen y afiancen actitudes, saberes, valores y prácticas que promuevan la prevención y la erradicación de la violencia de género, y destacar que la escuela cumple una función social importante en la comunidad.

Como verán, se trata de una comunidad educativa con iniciativa propia cuyos efectos se notarán en el barrio sin lugar a dudas. Estos proyectos muestran las ansias de superación, de crecimiento, de cambiar la suerte y darle otra dirección buscando un mejor horizonte para todos, los grandes y los chicos. Es decir, una muestra de cuando la esperanza le gana a la desigualdad y la pobreza. Seguramente, Mafalda y Quino estarán brindando por una comunidad educativa que apuesta siempre por objetivos más altos.

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