Volvió el tren a Mendoza y no deja de ser una buena noticia. Quizás como reivindicación por el modo en que se lo arrancó del sistema de vida de los argentinos, o por el hecho de recuperar una forma de transporte más cómoda y segura, aunque lenta o, sencillamente por crear algunas fuentes laborales directas o indirectas. Pero también como una forma de volver a las fuentes.