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The Office: la radiografía más ácida de una oficina

Como últimamente acostumbro a llegar algo tarde a los sucesos internacionales, no es raro que hoy venga a ofrecerles este material. Sin embargo, cualquier persona desprevenida podría pensar que es un anacronismo sin fundamentos, pero se trata de todo lo contrario. Luego de que Netflix la quitara de su repertorio por cuestiones económicas, ahora ha ido a para a Amazon. Hablamos de The Office, una de las series fundamentales.

23/11/2021 17:13
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La serie es una creación original del famoso Ricky Gervais, humorista, productor, escritor y actor británico. En el año 2005, la NBC estadounidense lanza su propia versión con Ricky como productor y Steve Carell como protagonista. Steve venía de cosechar un éxito notable luego de su película Bruce Almighty (Todopoderoso), donde generó no poca sorpresa al compartir rodaje con el tan reconocido Jim Carrey y sin embargo quedar inmortalizado por la incomparable escena del noticiero. Sin dudas, Steve estaba hecho para durar.

 


La serie tuvo algunos problemas de audiencia, sumados a las críticas lanzadas desde diversos frentes; pero luego del nuevo éxito de Carell, en este caso The 40-Year-Old Virgin (Virgen a los cuarenta), la serie tuvo un repunte notable y su segunda temporada fue todo un éxito. Éxito que extendería la serie por siete temporadas más, llegando a un total de nueve. El coletazo de los logros particulares de Carell quedaría también refrendado por la notable labor de cada uno de los integrantes del elenco, que forman un conjunto digno de reconocimiento; un elenco que bien podría pasar al panteón de los inmortales, como por ejemplo el de Friends.

 


La serie nos cuenta las diversas vivencias de una sucursal de la empresa papelera «Dunder Mifflin», ubicada en Scranton, Pensilvania. Con luces mortecinas, paredes lívidas y tristes, y un soporífero ambiente, la oficina se presenta como una suerte de purgatorio, donde acontecen las más variopintas y disparatadas situaciones que, las más de las veces, hacen que uno quiera apartar la vista de la pantalla por un irrefrenable sentimiento de vergüenza. Michel (Steve Carell), es el jefe, y es también el encargado de dar entidad al personaje más incorrecto y a veces cruel; pero es la psicología propia de un niño —o de un adulto al que la vida le queda grande— que comete actos maliciosos por negligencia, e incluso supina ingenuidad, más que por maldad manifiesta (es, también, el motivo por el cual uno suele exculpar a Michael por sus comportamientos). Pero también ocurre que Michael parece ser —por su permanente inadecuación— el único personaje de una sitcom, mientras que todos los demás deben soportar su extraña presencia que nunca pero nunca encaja.

 


Como si fuera un documental, todo se ve a través de una cámara subjetiva que de a ratos entrevista a los múltiples empleados de la oficina, escudriñando sus pareceres; siendo este un recurso audaz para jugar con el doble discurso, la doble moral, y para conocer las profundas inquietudes de los personajes que, por temor, resignación e incluso por empatía, no quieren manifestar a los demás —sobre todo a Michael— lo que piensan acerca de sus acciones.

Lo que más destaco de la serie es su particular atmósfera, su cautivante originalidad de ubicarnos en un espacio enfermizo y aburrido hasta la muerte, pero que a su vez se encuentra poderosamente imantado por la inusual mezcla de absurdismo y realidad, que forman un tejido único. En lo personal, luego de ver los primeros capítulos, nunca llegué a sospechar que la serie pudiera generar tal encantamiento en mí; y debo decirles que aún hoy, luego de haber visto las primeras cuatro temporadas, y más allá de algún que otro altibajo, sigo prendido a su programación como si la serie fuera un acontecimiento absolutamente reciente. Yo creo, ustedes perdonen, que las grandes obras son siempre actuales, siempre recientes, y que, si todavía no han visto esta obra, no deberían perder ni un solo minuto con otro contenido, siempre y cuando lo que busquen sea una crítica mordaz, humor ácido, cínico, a veces cruel, pero sobre todo: Humor con mayúsculas. Porque solo aquel que bien sabe reírse de sí mismo puede usar el humor como vehículo universal, y esto es lo que hace The Office, junto con su brillante elenco: se ríe de todo, pero primero y sobre todo, se ríe de sí misma.
¡Bravo!

 

    Posdata: tal parece que Netflix ha vuelto a reestrenar la serie en su plataforma. ¡ya era hora!

 

 

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