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Pipita, ese golazo de Diego y de Leo

A sus 34 años de edad, Gonzalo Higuain anunció su despedida del fútbol. El quinto goleador histórico de La Selección llegó a ese lugar reservado para pocos. Una década con la albiceleste, con altos y bajos, pero con la certeza de haberlo dado todo

Redacción
03/10/2022 23:51

 

Aquella portada del diario español Marca contó con un título por demás contundente, tanto en su forma como en su fondo: “Por fin se acuerda Maradona de Higuain”. Lo expresaba, entre otras cosas, el diario deportivo en habla hispana más leído en el mundo. En aquellos momentos, la clasificación hacia Sudáfrica 2010 aún mantenía un margen de duda.

Estaba por finalizar septiembre de 2009 y Argentina, poco tiempo atrás, había sufrido una de sus caídas más resonantes en campo propio: 3-1 frente a Brasil, en el “Gigante de Arroyito”.

Se recuerda, además, en la previa a ese partido, que en el calentamiento precompetitivo no hubo aplausos ni vítores para Lionel Messi del público, mayoritariamente identificado con Rosario Central.

De la formación albiceleste que cayó ante la verde amarela hoy sobreviven Nicolás Otamendi y el ya citado Messi, quien a fines de 2009 recibiría el primero de sus siete Balón de Oro.

En sectores relacionados con la prensa nacional, el rumor instalado era que Diego, como entrenador del seleccionado, se hallaba distanciado con el “Pipita” y que por tal motivo nunca lo había convocado para integrarse al plantel con vistas a sumar su aporte en las eliminatorias sudamericanas.

Por entonces, el delantero que había tenido un brillante ciclo de arranque en River, era ni más ni menos que el ariete ofensivo de Real Madrid, con el que terminó ganando tres Liga española, una Copa del Rey y dos Supercopas de España. Llegó con apenas 19 años de edad y vistió la camiseta merengue por siete temporadas.

Más allá de esto, fue Carlos Bilardo quien desactivó los comentarios negativos acerca de un cortocircuito entre el goleador madridista y el DT de La Selección. “Se encontraron en el aeropuerto de Barajas por que la Selección se iba a jugar un amistoso en Moscú y el Madrid volvía de una gira por Estados Unidos. Hablaron entre sí y nunca lo hubieran hecho si se hubiesen llevado mal”, dijo.

Poco después, Maradona lo convocó para la doble fecha frente a Perú y a Uruguay, la cual definiría la clasificación al Mundial 2010. Y “Pipita” cumplió con creces al debutar marcándole un gol a los peruanos en aquel tremendo y angustiante duelo en el Monumental de River, bajo la lluvia y el viento huracanado, que terminó 2-1 tras el tanto decisivo de Martín Palermo en esa noche inolvidable.

Tras la clasificación asegurada en Montevideo, luego del 1-0 a Uruguay, de a poco se fue consolidando una dupla de ataque que comenzaba a generarse espacios en juego como si solo necesitaran de un vistazo para emprender maniobras de distracción y despeje de zonas presumiblemente infranqueables.

Lo llamativo es que una estrella en alza como lo era Leo Messi en el Barcelona y un punta referencial en Real Madrid como “Pipita” empatizaron con movimientos que parecían ensayados por años: Lionel encaraba desde un lateral hacia el centro con balón dominado y Gonzalo metía un pique corto en diagonal para llevarse a un marcador central y dejarle espacio al Diez – un clásico que se había internalizado con naturalidad como recurso táctico -.

El ”hat-trick” de Higuain contra Corea del Sur y el tanto frente a México mostraron ráfagas de cómo esa dupla aparecía en instancias decisivas y siempre con uno de los dos en posición de definición. No fue solo en Sudáfrica 2010, sino que – ya sin Maradona como DT – se repitió en el debut frente a Bosnia en Brasil 2014, aunque en este caso con la definición de “la Pulga” tras la devolución a un toque de “Pipita”. El trascendental enganche de primera para darle el triunfo ante Bélgica, en Brasilia, cerró el ciclo goleador de Higuain en mundiales.

Las acciones malogradas contra Alemania en la final de 2014, más las consecutivas ante Chile en sendas Copa América 2015 y 2016, opacaron la imagen de uno de los delanteros más técnicamente dotados que tuvo La Selección – de hecho es el quinto goleador histórico con 35 anotaciones-.

El bullying, la estigmatización y el tratamiento peyorativo del que fue objeto, sobre todo en la Argentina, nunca opacará una carrera extraordinaria, con 365 goles repartidos entre clubes y el seleccionado nacional.

Aquel pibe que escogió Diego y ese complemento táctico al que se asoció Leo dejó una huella en la historia, aunque algunos – no tantos – aún quieran bajarle el precio y minimizarlo.   

 

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