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Viajeros en la frontera con Chile, víctimas de la inoperancia aduanera

Desde Chile culpan a los funcionarios argentinos de la AFIP. En Argentina cargan contra los trasandinos que operan sólo con cuatro cabinas de atención. En medio sigue el turista, soportando que baje la congestión para avanzar unos milímetros en sus trámites

Redacción
03/01/2023 14:35
Miles de argentinos colapsaron los pasos fronterizos.

Los viajeros que pretenden buscar un lugar de descanso en la República de Chile y que eligieron pasar al otro lado de la frontera argentina por Mendoza siguen padeciendo la inoperancia de quienes oficialmente deben realizar los trámites aduaneros a uno y otro lado del límite internacional.

Con una experiencia, por momentos exasperante, desde que parten de Mendoza -oteando al Oeste- llegan a demorar entre unas 10 y 12 horas hasta alcanzar el deseado momento del descanso. Luego de un difícil año de labores donde la situación económica en Argentina ha hecho muy difícil que muchas familias puedan optar por unos días en las tentadoras playas chilenas gracias a la inflación que promete agravarse en 2023.

Así las cosas, mientras ya nadie confía en los convenios de cooperación internacionales y los compromisos de los funcionarios, argentinos y chilenos, que públicamente se echan la culpa unos a otros ante los padecimeintos de los viajeros argentinos, el caro asunto parece no encontrar solución.

Desde Chile, acusados por este lado de la Cordillera de los Andes de demostrar una muy baja productividad en la realización de los trámites en el Complejo Los Libertadores, con solamente cuatro cabinas operativas durante el martes 3 de enero, acusan a la Administración Federal de Ingresos Públicos, AFIP, de trabajar con esasés de funcionarios.

Con viento a favor, ahora los tiempos para llegar a Chile, según el tránsito internacional, se reduce a unas siete horas de demora, cuando el periplo debería no demorar más de cinco horas en total, entre la partida, el cruce y el arribo.

El mismo lunes, el responsable máximo de los trámites que los argentinos deben completar, Cristian Aravena Reyes, representante presidencial en la localidad chilena de Los Andes, pidió que los viajeros preparen su aventura con tiempo, con toda la documentación requerida, "con el fin de agilizar el trámite". Casi un chiste, ya que cuando uno llega a su merced, dicha agilidad se transforma en un peso muerto que es justificado por las autoridades chilenas por "la alta congestión vehicular". Claro, no se quejan de que la documentación no la portan adecuadamente, sino de que son muchos los autos y las familias, para tan pocos funcionarios. ¿Por qué no refuerzan entonces con más personal?

Los mismos viajeros se preguntan en ese punto si la queja es por las kilométricas colas de automóviles tratando de avanzar, algo que viene sucediendo hace décadas: ¿Por qué no se preparan adecuadamente para el momento más esperados por los vacacionistas argentinos y dejan de una vez por todas los pretextos de lado?

En contraste, lejos de buscar una solución, de forma similar aviene la queja del lado argentino. José Báscolo, titular del Centro de Fronteras y Coordinador del Paso Internacional en Mendoza, también responsabiliza a los viajeros argumentando: "Sugeríamos que los turistas lleguen a Los Libertadores a las 19 aproximadamente, que era cuando bajaba la congestión, pero eso no pasó".

En definitiva, la víctima, enfundada en su papel de viajero, es culpable tanto para las autoridades chilenas como argentinas. Mientras tanto, el regreso del tan celebrado Sistema Integrado ponderado poíticamente el 30 de setiembre de 2022, ya que los trámites debían realizarse en un solo complejo, y no en las dos aduanas, no prosperó. De eso nadie habla, nadie lo explica, nadie lo soluciona. Solo se echan la culpa unos a otros y todo sigue peor.

Lo peor es que nadie le pide disculpas al viajero que ahorró para gastar con gusto en otro país y a la fuerza se debe allanar a lo que las autoridades expresan casi convencidos de lo que dicen. A uno y otro lado de la Cordillera de los Andes, producto de que no se avizora una verdadera voluntad de mejorar los síntomas de una grave enfermedad, todo indica que la inoperancia no será curada.

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