Está en marcha la segunda edición del Mes del Árbol en Guaymallén, una iniciativa didáctica que recorre distintas escuelas de nivel inicial del departamento con la idea de que se conviertan en verdaderas guardianas del arbolado público.
El ciclo continuará hasta el 6 de septiembre e incluye tanto actividades temáticas realizadas por las docentes en clase (collage, dibujos y maquetas con materiales reciclados) como plantación de ejemplares en las inmediaciones o en el interior de cada institución. También, charlas de concientización junto a profesionales de la Dirección de Espacios Verdes, destinadas a promover la importancia de estos elementos básicos del ambiente y su función en el entorno.
El compromiso del municipio es manifiesto y sostenido en el tiempo: desde el año 2016, se plantaron más de 30.000 árboles nuevos, logrando ampliar en un 20% el bosque urbano local. En coincidencia con esta puesta en valor única y mensurable, los resultados preliminares del Censo de Arbolado Público del Área Metropolitana indican que Guaymallén es el departamento con mayor cantidad de ejemplares del Gran Mendoza, alcanzando una cifra de 137.500 árboles urbanos. Esta realidad implica una enorme tarea de mantenimiento y conservación por parte de la comuna.
Cómo cuidar nuestro arbolado
Al igual que el cuidado del ambiente, la preservación de los árboles requiere una actitud consciente y respetuosa. Las normas provinciales y las ordenanzas municipales prohíben cortarlos, dañarlos y podarlos de forma clandestina. Estas prácticas generan consecuencias muy nocivas porque se realizan con criterios, técnicas y herramientas inadecuadas. Por lo tanto, disminuyen su estado sanitario, reducen su vida útil y desvirtúan su propósito al deformarlo. A la vez, es importante no hacer fuego en sus proximidades ni derramar productos tóxicos a su alrededor.
Beneficios ambientales de los árboles
☑ Reducen la temperatura y la radiación solar.
☑ Producen oxígeno y purifican el ecosistema.
☑ Controlan la contaminación y mejoran la calidad ambiental.
☑ Atenúan ruidos porque pueden actuar como barrera natural, disminuyendo no sólo la contaminación sonora sino también sus consecuencias (estrés, tensión, accidentes de tránsito, insomnio, etc.).
☑ Conservan y aumentan la biodiversidad. En el ecosistema urbano de Mendoza, se propicia una interesante diversidad de hábitats para aves adaptadas al medio.
☑ Controlan la erosión de suelos. Los suelos de ciudades, modificados por compactación o remoción, pueden mejorar mediante la acción radical y la incorporación de biomasa.