Su salud se complicó en las últimas horas por lo que debió ser internado de urgencia y lamentablemente no pudo superar el trance.
Varias generaciones que lo acompañaron en el dial de radio Nihuil seguramente lo extrañarán ya que Jacinto estableció con ellos un vínculo que fue más allá del aire de la radio con afecto que alimentó con encuentros y almuerzos donde se afianzaba la relación ya no de locutor y oyentes sino realmente de amigos.
Estaba nominado para recibir la clásica Distinción Sanmartiniana la próxima semana en la Legislatura, un reconocimiento a su incansable tarea en el medio donde, además, dejó como legado un par de libros, su inconfundible voz y buen gusto para armar la lista de temas musicales que le ponían un toque especial a su programa.
La madrugada de los domingos ya no será la misma, lo extrañarán sus oyentes y también sus amigos. Es que, desde ahora en más, Los sonidos ya no tienen movimiento.