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Cambios que se vienen en el mercado laboral. Parte 2

Hace algunos días planteamos en este mismo espacio, la discusión y el avance mundial sobre la disminución de la jornada laboral luego de que Bélgica aprobara recientemente que se trabaje menos horas. Allí planteamos el tema de fondo y algunas opiniones, especialmente del sector gremial. Ahora bien, faltaban otras miradas que ahora aquí exponemos.

05/03/2022 22:40
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Por Luis Martínez, Redacción Jornada

Carlos Nicora, consultor de la Organización de Estados Iberoamericanos explicó en que consiste el denominado proyecto Eureka que busca reducir la jornada laboral de 8 a 6 horas, pasando de 40 a 30 horas semanales que quedarían distribuidas en 10 horas diarias, de lunes a sábado. El trabajador puede contar con una semana de descanso por cada 2 de trabajo manteniendo el mismo ingreso. El sistema estaba pensado para enfrentar el avance de la Covid en su etapa más álgida pero puede ser tomado como base del debate sobre el tema central que es la reducción de la jornada laboral.  Además del sanitario tendría otros beneficios como favorecer al clima laboral, la productividad y provocar un efecto multiplicador en la economía.

Dice Nicora que experiencias anteriores, como la de países nórdicos, el caso de Microsoft Japón, o bien aquellos surgidos en España y Francia recientemente, demuestran que las empresas que realizaron cambios en su grilla de horarios en beneficio de sus trabajadores, obtuvieron ganancias por encima de la media.

Agrega la investigación que estudios recientes demuestran que la reducción de la jornada laboral ha incrementado significativamente la productividad en fábricas y oficinas, ha reducido más del 30% el ausentismo injustificado y ha disminuido los gastos vinculados al sistema de salud. En este sentido, los trabajadores motivados tienden a ser más creativos, alcanzan mejores resultados y son más fieles a las empresas donde son valorados como recurso humano esencial.

Sostiene que el tiempo libre no es sólo un momento de esparcimiento, es la gran posibilidad del ser humano trabajador de poder realizarse en sus distintos desarrollos personales como emprendedor, además del deporte, la cultura y la formación profesional. Pero también, como contrapartida, favorece el desarrollo de las economías regionales.

Semana laboral de cuatro días

Si bien en muchos países se están considerando cambios a los regímenes de trabajo por las altas tasas de desempleo, la influencia del teletrabajo, entre otros factores, Bélgica es de los primeros en probar este modelo. Una de las principales medidas que contempla el acuerdo es que los trabajadores podrán reunir las horas semanales para concentrarla en cuatro días a la semana, de manera que podrían disfrutar al quinto de una jornada libre. Es decir, no trabajarán menos horas a la semana sino que trabajarán más horas esos cuatro días. Los trabajadores también podrán optar por un régimen variable, trabajando más horas una semana y teniendo más tiempo libre a la siguiente.

La posibilidad de achicar la semana laboral se empezó a discutir en muchos países a raíz de las nuevas formas de trabajo que trajo la pandemia, aunque decenas de empresas en todo el mundo ya lo venían experimentando, cada una a su manera.

El caso de España, uno de los primeros países en hablar de semana de cuatro días, es diferente porque a lo que se apunta es a reducir las horas de trabajo, tal como señaló el diputado español Íñigo Errejón, impulsor del proyecto en su país. El Gobierno español aportará 10 millones de euros a unas 200 empresas que participarán de la prueba para implantar, este año, la jornada laboral de 32 horas semanales o cuatro días. Se estima que alcanzará a entre 3.000 y 6.000 trabajadores. Los principales gremios apoyan la medida impulsada por Errejón subrayando que se trata de una "reivindicación histórica del movimiento sindical".

En Nueva Zelanda, la empresa Perpetual Guardian aprobó la semana laboral de cuatro días desde 2018 y Unilever lo hizo en 2021. En plena pandemia y con las fronteras del país selladas, la primera ministra, Jacinda Ardern, prometió extenderlo a todo el territorio para fomentar el turismo interno y la economía.

En el Reino Unido, en tanto, está en marcha la iniciativa a través de 30 empresas que, si logran su cometido, podrían ayudar a que el Parlamento adopte por ley la semana laboral de 32 horas a nivel nacional.

Suecia, por su parte, probó reducir la jornada laboral en 2015 en varios centros de cuidados de ancianos, un sector al que le cuesta reclutar personal. Las 70 enfermeras que participaron de una prueba registraron menos licencia por enfermedad, mejores condiciones de salud y aumentaron la productividad. Además, se crearon empleos adicionales y se redujeron los costos de cobertura por problemas de salud. Sin embargo, los resultados fueron cuestionados por sus altos costos y fue descartado por el Gobierno, aunque algunas empresas lo mantienen.

En Japón, Microsoft es la primera en aplicar la jornada laboral de cuatro días y comprobó que los trabajadores mejoraron su productividad en hasta un 40% y aumentaron las ventas, a la vez que redujeron los gastos de electricidad y de tinta y papel, entre otros.

En Estados Unidos y Alemania también son las empresas las que han estado impulsando la reducción horaria, cada una con sus diferencias, como la estadounidense Basecamp, que lo hace solo durante el verano.

En Argentina, donde el tope de horas de trabajo a la semana es de 48 horas, hay en curso dos proyectos para reducir la jornada laboral como señalamos hay dos proyectos: uno de la diputada del Frente de Todos y dirigente de la Asociación Bancaria Claudia Ormaechea, que propone una jornada máxima de 6 horas y un tope de 36 horas semanales y, otro, del legislador también del oficialismo y secretario general de la CTA, Hugo Yasky, que propone una semana laboral un máximo de 8 horas diarias y no más de cuarenta horas semanales.

Que opinan por estos pagos

“Juntos de mañana”, el matinal de radio Jornada (FM 91.9) buscó la opinión de referentes de la provincia sobre el tema.

El abogado y contador Oscar Casares, especialista en materia previsional, nos dijo “se necesitan verdaderas políticas de Estado en todos los órdenes aparte de una gran política integradora de todo en su conjunto, políticas de cada una de las áreas y armonizando todo”, señaló.

Agregó que “para lograr esto hacen falta grandes acuerdos políticos. Por ejemplo en España después del Pacto de la Moncloa hubo un gran pacto donde los partidos políticos fijaron las bases para la seguridad social donde fijaron lineamientos que al pasar de los años, siguieron respetando”, indicó.

Ahora bien, cual es la opinión desde el sector empresario. Aquí el punto de vista de Matías Díaz Telli, titular de la UIM (Unión Industrial Mendoza) que afirmó “venimos sosteniendo que hay que sentarse a hablar de temas que son cruciales en la estructura socio económica del país. No nos olvidemos que tenemos una ley de contrato de trabajo de principio de la década del 70. El presidente en el año 2022 celebra que no la quiere modificar, 50 años después. Entonces decimos, en qué estamos pensando, que optimismo podemos tener si celebra que 50 años después seguimos teniendo el mismo régimen estanco en las relaciones laborales”, sostuvo.

Agregó “la propuesta no es que alguien tiene que perder derechos sino que debemos sentarnos y adaptar los regímenes a la realidad que vivimos. Pensamos que estamos en 1970, evidentemente alguien se quedó estancado en 1970 y ya dijo que no va a reformular ni el régimen previsional ni el laboral”.

“Hay que repensar las relaciones laborales y en ese sentido hay muchos que van a eso, a disminuir la jornada laboral en beneficio de todos porque hay trabajadores que no quieren trabajadores que no quieren trabajar 8 horas porque se pierde a veces la productividad. Esta modificación trae aparejado mayor eficiencia pero también mayor demanda laboral en muchos ámbitos donde quizás un trabajo necesita más empleados al reducir la carga horaria. Es algo muy bueno y en el mundo da buenos resultados”, puntualizó.

Evidentemente el tema está planteado y tiene divergencias a la hora de opinar y decidir, el presidente Alberto Fernández en su discurso de apertura de sesiones en el Congreso descartó avanzar en reformas laborales o previsionales. Sin embargo, como ya indicamos, legisladores del oficialismo de raíz sindical impulsan proyectos que buscan una mejora para los trabajadores. El debate está abierto y con final incierto.

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