La atmósfera en la casa de Gran Hermano se ha vuelto un torbellino desde el regreso de los exconcursantes en el repechaje. Este acontecimiento ha impactado a cada individuo de maneras diversas, pero parece haber afectado profundamente a Lisandro, quien se encontró llorando inconsolablemente en el confesionario.
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El retorno de los jugadores ha generado una revolución en el reality, y entre todos, Lisandro ha sido quien ha mostrado mayor afectación, especialmente al percibir que ninguno de ellos mostraba interés en acercarse a él. Este sentimiento se intensificó cuando Isabel, a quien consideraba su amiga, decidió aliarse con Furia, dejándolo de lado. Este giro lo conmovió profundamente, llevándolo a desahogarse en el confesionario.
"El repechaje, y en particular el regreso de Isabel, me tiene bastante desequilibrado", confesó Lisandro sobre la situación en la casa de Gran Hermano y su impacto personal. Explicó que le molesta la distancia que Isabel ha marcado, recordando cómo él había deseado su regreso cuando se fue.
"Estoy bastante mal, y sumado a la situación de tener que soportar los insultos de Juliana en persona, y que Isabel avale eso", agregó, refiriéndose a un reciente enfrentamiento con Furia. En esta disputa, no solo se sintió abandonado, sino que también experimentó la pérdida de la amistad que creía haber construido con Isabel durante su tiempo anterior en el programa.
"No entiendo si es una estrategia. Tal vez prometió a la audiencia que jugaría junto a Furia para desestabilizarme", especuló Lisandro sobre las intenciones de Isabel. Expresó cómo esta situación lo hacía sentir, llegando incluso a cuestionar su valor para ella.
Visiblemente conmocionado y triste por no comprender la reacción de Isabel, Lisandro no pudo contener las lágrimas en el confesionario mientras intentaba liberarse de todas sus preocupaciones. "No sé dónde puedo llorar en paz, pero lo necesitaba. Hay mucha gente en la casa y no quiero que nadie me vea", explicó, dejando en claro que no busca victimizarse, sino simplemente encontrar un espacio para desahogarse.