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Para la UCIM "vivimos tiempos de zozobra y desencanto en Argentina"

El titular de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza, UCIM, Daniel Ariosto, analizó las consecuencias de no respetar las leyes y, mucho menos, las garantías constitucionales en un país dominado por las grietas.

Redacción
30/08/2022 11:22
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La democracia, como sistema de gobierno y de vida, es lo que mejor se ajusta a la vida de cualquier habitante de un país con una norma constitucional como Argentina, teniendo en cuenta las actuales circunstancias de los hombres y mujeres en su territorio, no cabe dudas de eso.

Es cierto también ha presentado en el pasado, lejano e inmediato, falencias que, en muchos casos, han sido sorteadas. y en otros, se presentan como realidades, males menores que se sostienen como tales.

La falta de transparencia en actos de gobierno; las injusticias; grupos que se imponen sobre otros; la escasa representatividad en lo más amplio de ese concepto; el no respeto de algunas cláusulas del contrato con la sociedad, por parte de los políticos; el alejamiento de esa misma clase política de sus votantes; suelen ser algunos de los escollos con los que se encuentran los argentinos, en mayor o menor, ante este sistema.

Pero aún con sus falencias, lo que garantiza sin dudas, esta forma de gobierno es el apego a la Ley y el respeto a las instituciones que esta funda, pone en funcionamiento y controla.

"La Constitución Nacional en el caso de nuestro país, representa la máxima norma en la cual ampararnos y a la cual, todos los poderes y ciudadanos debemos recurrir de manera permanente", coincidió Daniel Ariosto, titular de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza, UCIM.

 

 

En muchas oportunidades, "hemos hablado de la anomia del pueblo argentino y de cómo nos caracterizamos por no respetar las reglas que regulan la vida en comunidad. Eso es grave, pero, aun así, nos define como sociedad", analizó el mendocino

Y añadió: "Esto mismo se torna realmente catastrófico cuando el no cumplimiento de la Ley y la falta total de respeto a las instituciones o el uso de las mismas para beneficio de un sector o incluso, de una sola persona es llevada a cabo por los más importantes representantes de la voluntad del pueblo, nuestras máximas autoridades.

Para muchos empresarios y también para Ariosto, "no es saludable ni conveniente que un representante de un poder opine, desprecie y avasalle a otros, más todavía, es francamente inaceptable. La falta de respeto a las máximas autoridades es verdaderamente un despropósito, porque esa falta de respeto es directamente trasladable a la ley y las instituciones. En general, es una característica de nuestra clase política totalmente acentuada en los últimos tiempos".

 

 

En las últimas semanas la crisis política ha sido de tal magnitud que muchos han salido a protestar y los más, observan atónitos el espectáculo decadente y destructivo, hacia la pobre y dolida Argentina.

"Sin dudas, nuestra clase política debería ser la principal abanderada en defensa de nuestras leyes, las instituciones, en resumen, de nuestra democracia. Están en ese lugar para cuidarnos a nosotros, a nuestras leyes, en definitiva, al país. Están en falta en ese aspecto también y aunque sin esperanza de que esto cambie, debemos exigir que cumplan con su compromiso y responsabilidad", manifestó el representante del sector turismo.

Y cerró: "Los ciudadanos tenemos que cumplir y exigir que se cumplan las leyes, sin excepciones, prerrogativas, ni privilegios. Garantizar con nuestro apoyo el funcionamiento de las instituciones y por sobre todo, votar informados de manera consciente y responsable a personas idóneas, también conscientes, responsables y respetables, para que nunca más volvamos a vivir tiempos de zozobra y desencanto".

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