Que Franco Armani parece estar en una espiral descendente es un hecho que se viene constatando cada vez más asiduamente.
El gol de anoche, que derivó en el empate de Vélez frente a River, fue otro ejemplo fáctico de lo que también se le vino dando recientemente frente a Sporting Cristal, en Lima, o en sus flojas performances ante Fluminense y The Strongest en la actual Libertadores, además de contra Platense en la LPF.
Reacciones tardías, falto de reflejos y fallas de cálculo al salir a cortar centros agudizan su magro presente y no hace falta agregar más.
Sí sorprendieron las declaraciones poco felices de Martín Demichelis en la conferencia de prensa post partido en Liniers, en las cuales el DT utilizó un lenguaje en modo sobreactuado enfatizando sobre los yerros del arquero tal como si este no lo supiera.
Habitualmente medido y hasta en modo marketinero, el entrenador tranquilamente podría haber evitado hacer públicas esas críticas y decidir en qué momento lo citaba a solas al guardameta para comentárselo.
A los 37 años, el campeón del mundo en Qatar se merecía otro trato.
Al menos, respeto a la trayectoria y a su compromiso como profesional, algo a lo que "Micho" no tuvo ni quiso tener en cuenta.