No es bueno el momento que atraviesa Gimnasia y Esgrima. El Lobo hizo un campañón en el primer tramo del torneo de la Primera Nacional que luego se fue desmoronando. El equipo que dirige Diego Raúl Pozo incluso terminó en el primer lugar de su zona al cabo de la primera rueda.
Lesiones, desaciertos, malos arbitrajes, mala fortuna en otros casos, fueron conspirando una racha de resultados negativos que lo han dejado fuera de carrera para meterse en el Torneo Reducido.
Las matemáticas no mienten. El sueño se apagó y sólo queda ir por el premio consuelo que es clasificar para la próxima edición de la Copa Argentina. Gusto a poco, pero no es nada despreciable.
La última victoria de Gimnasia fue en la fecha 26 cuando le ganó por 2 a 1 a Nueva Chicago en Mataderos. Desde aquel partido cayó en picada libre. Al siguiente juego, de local, igualó 3 a 3 ante el líder Almirante Brown de Isidro Casanova, tal vez en la mejor presentación que hizo como dueño de casa en el torneo.
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En Tucumán perdió con claridad ante San Martín por 3 a 1. Era un rival directo y la derrota empezó a apagar la llama de la ilusión para este grupo. Por si fuera poco, Belgrano le propinó una dura paliza al golearlo por 3 a 0 en el Víctor Antonio Legrotaglie y luego empató sin goles ante Deportivo Riestra.
Magra cosecha de puntos que lo hundieron al séptimo lugar de su zona que lidera Barracas Central. El Lobo suma 42 puntos producto de once victorias, nueve empates y nueve derrotas. Ahora debe meterse entre los siete del grupo para poder jugar la Copa Argentina. Ese es, de aquí hasta el final, el objetivo del Blanquinegro.